sábado, 24 de mayo de 2014

Jamás hubiese imaginado que el silencio pudiese llegar a hacer tanto ruido a las cuatro de la madrugada.

Apenas puedo moverme o parar de llorar. Siento que le necesito, no puedo respirar. Estoy bloqueada y ni siquiera puedo hablar, explicarte lo que siento. Dejar de tiritar. De sentir, de soñar. No, no puedo.

Dijiste que sería doloroso. No te haces una idea.

Pero ahora, de espaldas a la cama y con tus besos en la estantería, no podría dejar de amarte. Es suicida, lo sé, pero no quiero dejar de sentir este dolor, es lo único que esta noche me queda de ti. Te lo has llevado todo. Todo. Te has llevado lo único que necesitaba, la única pieza que utilizaba para vivir. Te has ido tú, y ya no tengo fuerzas ni ganas para ver cómo se destroza cada insignificante pedacito de todo lo que soy.

La más patética de todas las ilusiones:

Haber creído encontrarte sin necesidad de morir

No hay comentarios.:

Publicar un comentario