domingo, 29 de noviembre de 2015

Sé que te quiero como quiero quererte el resto de mi vida.

Acabo de cerrar la puerta justo después de perder la mirada tras de ti; es de valientes despedirse y no cerrar justo después.
Me he dicho que no escribiría esto, pero no se me ocurre un mejor modo de seguir sintiéndote cerca.
Benditas palabras, bendito papel, bendita tu piel y la tinta, y las letras, y las de tu nombre; cómo se esparcen en mi boca, cómo se derraman por los recuerdos, cómo sonríen en tu ausencia, cómo asesinan a la soledad.

Dije que no escribiría esto, pero acabo de cerrar la puerta justo después de despedirnos, desde cerca y luego desde lejos, y no se me ocurre mejor consuelo que el de poder escribir sobre ti sin tener que haberte perdido.


"Tus ojos
cuando me miran,
son el mejor piropo",
dijiste un día;

yo sonreí, porque no hay palabra, ni tan siquiera mirada que te abarque y se acerque a ti sin insultar a la idea de lo que siento cuando mis pupilas se clavan en las tuyas.

En noches como la de hoy, en la que no estás y mis brazos eléctricos aún se sienten anudados a tu espalda, la mortalidad se me clava en el esternón y conquista todo mi pecho, y sonrío y pienso en que hay quien se sorprende de la delicadeza de las flores como si no supieran que un beso es capaz de destruir un imperio.
En noches como la de hoy sé que eres tú porque tu recuerdo no se distorsiona.
En noches como la de hoy, en las que me digo que no voy a escribirte, en las que cierro la puerta tras esperar a que vuelvas la esquina, en las que sé que eres tú, en las que no logro abarcarte ni en poemas; en noches como la de hoy;

sé que te quiero
como quiero quererte
el resto de mi vida.

lunes, 26 de octubre de 2015

A donde sea pero contigo.

Contigo todo es así. Contigo he conseguido tocar ese botón que tanto necesitaba pulsar. Tú has hecho que algo sea todo pero sin ti sea nada. Quiero reír tanto hasta desgastarnos, que riamos más que las veces que respiramos, porque dos personas que se hacen reír pasan a tener derecho a todo. Por eso me atrevo a decir que quiero estar contigo, no ahora ni un rato, ni siquiera varias horas, quiero estar contigo, así de simple, así de siempre. Y que los días pasen y todos tengan el mismo sabor a ilusión del principio, porque la ilusión será la única que nos hará sobrevivir. Y tú, tu sonrisa, será la única que me salve a mi de este mundo.

No necesito más. Ahora mi mundo es el tuyo, y juntos vamos a compartir y crear un mismo mundo, apto solo para dos personas que creen, que están dispuestas a luchar por un mismo "para siempre" y a vivir, simplemente eso. Pero me conformo. Sea el tiempo que nos deje la vida estar, me conformo incluso a que dure lo mismo que dura mi suspiro porque al menos eso querrá decir que habremos respirado juntos.

Cuando tú estás cerca, cuando siento tu respiración sobre mi cuello y hablas sobre nosotros dos, en ése momento no puede existir equilibrio alguno, toda yo se derrite, cae rendida ante cada una de tus palabras, enamorada de la forma en que tus labios pronuncian cada una de las letras que las forman, caída ante ti y contigo.

Las palabras bonitas se acaban, pero los sentimientos se quedan.


A veces quiero escribir algo bonito y se me olvida cómo.
Venía a decirte que las personas pensaran que he vuelto a escribir algo más.
Pensarán, tal vez, - mírala, va a volver -
tú en cambio sabes que nunca me he ido.
Venía a decirte, que no te vayas. Mira, no te vayas. 
Porque el mundo sin ti sería un experimento social, un pañuelo de lágrimas.
Y ninguno sabríamos a qué hemos venido.

Venía a decirte
que me da igual lo que digas
medio siglo no me parece suficiente
para celebrar que te he conocido. 

Quería decirte que
algo habré hecho bien en esta vida,
A pesar de lo que yo pueda pensar,
algo habré hecho bien.
Tanto golpe al suelo y de rodillas,
tal parece que era así como debía ser.
Pero bien adentro me aferraba a esa certeza,
de que tenía que haber algo más
Y aquí estás, 
mi recompensa está en tus ojos
que me ven mejor que nadie
Mi recompensa está en creer que yo soy esa que tú ves
Y aquí estás,me miras desde donde estás
te miro y voy a donde vas.








Nunca te faltará un te quiero.

A veces sucede algo, a veces nos condenamos a nosotros mismos a un pensamiento continuo en el que nos ahogamos sin más. Todo en nuestro interior se complica y aparecen más barreras, la única salida que parece haber se empieza a cerrar y es difícil dejar todo de lado e intentar salir de ahí.

Hace tiempo hablaba sobre cómo las personas tienen la necesidad de que alguien comparta su caos interior, y yo, no, no necesitaba que nadie compartiera mi caos. Necesitaba que alguien me sacara de ahí y me hiciera ver que cada día podía ser diferente, podía ser mejor.

Siempre me dejaba llevar hacia el abismo hasta que encontré a ese alguien que todos ansiamos... Ese alguien que nos cambia la vida y nos ayuda a dejar atrás todas las sombras que nos perseguían y nos enseñan lo lindas que estamos a la luz del día, sea como sea.

Me enseñaste que era mejor de lo que yo creía la vida que tenía y que solo hubo un periodo de tiempo en el que estuve perdida pero por suerte, nos encontramos entre sonrisas y un:

- Eres una rompecorazones...
* Quizás sí o quizás es que no me puedo forzar a sentir algo por alguien sin más.
- Haré que cambies, es más, haré que salgas conmigo. Una cita, me debes una cita.
* Encantada, la tendremos.

Desde entonces nuestras miradas cambiaron y largos días pasaron para que realmente estuviera a tu lado tras todas las palabras regaladas, tras todas las indirectas calladas, tras todas las locuras que se nos escapaban y esa cita se convirtiera en inolvidable y desde entonces, un tiempo que guardo en lo más profundo de mi corazón mientras siguen pasando los días y sigo disfrutando contigo.

Este tiempo a tu lado, y hablo desde ese día que te conocí, que te vi por primera vez y pensé que eras un presumido de lo peor.
Ese día que la primera cosa que salió de ti hacía mí, fue una broma, una simple broma que me hizo sonreír de verdad como hacía tanto no lo hacía hasta ese momento.

Recuerdo que todo lo que decías me parecía exageradamente divertido y en ese entonces no lo sabía, pero era porque estaba enamorada de ti.

Ahora lo sé, me enamore de ti, desde el preciso instante en que te vi. Porque yo solía pasar de todos, veía sin observar, oía sin escuchar, caminaba sin pensar, simplemente pasaba de largo de todos y de todo. Todo era indiferente hasta que te vi. Así que ahora sé que desde ese día yo me enamore de ti. Sólo que aun no lo sabía, en ese momento yo estaba engañandome a mi misma, estaba bloqueada creyendo que estaba enamorada de un fantasma. Pero ahora lo sé, ese fantasma eras tú, estaba enamorada de ti antes de saber que existías.


Tengo esa costumbre de dejar a un lado a todo el mundo para centrarme en una sola conversación contigo, y me da igual la educación en ese momento, solo quiero disfrutar de tus palabras, me gusta llamarte y pasarme horas hablando contigo e incluso compartir silencios. No sé en que momento me volví así de cursi. Pero ahora solo sé dibujar corazones, solo sé escribir tu nombre, solo quiero decirte que te quiero.

Mientras ese tiempo pasa, prometo hacerte feliz cada día aunque quizás no todos los días que pasen serán buenos, pero te prometo que al acabar la noche y al empezar el día nunca te faltará un te quiero, nunca.



domingo, 19 de abril de 2015

Lista de pendientes.

Poner entre la espada y la pared a la indiferencia, tomar a la ignorancia por los pies y hacer que piense sin la cabeza, zarandear a los lunes, poner a prueba a los martes, acostarme antes, levantarme siempre, hacer que el tiempo pierda su noción, regalarle un boleto, pensar en su vuelta, contemplar el techo con los mismos ojos de mirar al cielo, llorar lo mismo, reír en Fa, quedarme en ti, pensar en Mi, entender la vida como un principio cada día, abrazar a destiempo, besar al amor, comprender el verde, sin renegar del azul, olvidarte un rato, pensarte a plazos, temer los domingos, esperarte en Sol.
Esto no es más que una lista de cosas que tengo pendientes, y acabo de recordarte:
desde que te conocí, supe que podía llegar a-marte.

jueves, 9 de abril de 2015

Éramos demasiado jóvenes.

¿Qué podía pasar que me fuera a perder si todo pasaba a través del reflejo de sus ojos?

Éramos eso, vida, y todo podía ser, todo sabía estar. Éramos luz, cantábamos en el carro canciones de un argentino. Éramos lo que quisimos, y jóvenes, con el mundo bajo nuestros pies. Nos reíamos de todo, jugábamos cada noche a despertar al vecino, nos gustaba el cine, el teatro, los acústicos en sitios recónditos de la ciudad, odiábamos el tequila, pero a veces brindábamos con un caballito y siempre por nosotros, por lo jóvenes que éramos, que fuimos, "por ti, por tu risa y por tu pelo"; no nos gustaba el whisky, precisamente porque éramos jóvenes y sabíamos que al paladar se le doma, como a la vida en 86.400 segundos, teníamos tiempo, todo el que corría por su reloj nuevo.


Éramos eso, jóvenes, vida, y precisamente por eso nos vivimos, y precisamente por eso, dejamos de hacerlo. Fuimos, en abril de 2007, éramos, además de jóvenes, nosotros.

Ahora él está ahí afuera, viviendo en una ciudad cualquiera, quizá se encuentre en este mismo segundo visitando uno de esos sitios recónditos en los que tanto nos gustaba estar.
Ahora yo estoy aquí, dentro, en 2015, sigo en abril, donde todavía somos, donde todavía no he escuchado un adiós. Aquí soy joven y sigo brindando por ti, por tu risa y por tu pelo. Todavía no me gusta el tequila, pero si quieres, te invito a un wisky, o escuchamos a Andrés y me doy la vuelta cuando te llame mi vida. Si quieres tomamos el mismo autobús, y recordamos el 15 de febrero, si quieres salgo de aquí y volvemos a ser jóvenes o vida, mi luz. Si quieres, me dejo morir hasta que vuelvas. O me quedo aquí, como prefieras. Avísame cuando estés en el carro, como cuando éramos jóvenes, y nos creímos inmortales ante el futuro. Donde fuimos infinitos.

Te espero en nuestra ciudad, no me faltes.

Abril de 2016.

martes, 7 de abril de 2015

Ojalá supiera irme sin más. Pedirte, por ejemplo, que me olvides. Aunque nunca del todo. O que te quedes, y sueñes tú conmigo.

Hoy es una de esas noches en las que tu cabeza le da por pensar. Pensar en el presente, un poco en el futuro pero sobretodo en el pasado. Especialmente en el "que hubiese pasado si...". ¿Qué hubiese pasado si las decisiones tomadas hubieran tenido otro color? ¿Qué hubiese sido de ti y de mí si hubiéramos sido más maduros? ¿Qué sería de mí sin haberte conocido? ¿Qué será de mí mañana cuando despierte? Pero sobretodo, ¿qué será de ti ahora que ya no sé nada?
Los sentimientos al igual que las personas vienen y van, y por mucho que quieras, no puedes remediarlo la mayoría de ellas. La vida te lo quita tan pronto como tarde te lo da, y es así, hay que aprender a convivir con ello. La vida es comprender que todo dura unos determinados segundos y que lo que tienes hoy será diferente mañana, y lo de mañana totalmente distinto a lo de pasado mañana y así todos los días de tu vida. Y si dejas algo para mañana debes asumir que no lo harás, no podrás, hacerlo de la misma manera que lo quieres hacer hoy, porque todo cambia. Al llegar la medianoche el mundo cambia y tú con él, con la luna desaparece todo lo que sentías durante el día y por la noche sufre un proceso de mutación, una transformación que repercutirá en las acciones que decidas tomar mañana. Es por eso que por la noche es cuando solemos cometer los mayores errores, pero también las mayores locuras. La noche es mágica y puedo afirmarlo, en ese proceso de transformación es el único momento donde podemos dejarnos llevar, refugiándonos en la oscuridad como si nadie ni nada pudiese vernos o hacernos cambiar, que lo pase esa noche sólo tendrá como testigos ese cielo frío y con destellos de luz. Un pacto de confidencialidad, irrompible, un tiempo dónde sólo tú tomas las decisiones, ebrio o sobrio, pero tú.
Y eso me pasó contigo. Esa noche fuiste mi mayor error, lo que no sabía es que acabarías siendo protagonista de cada uno de los segundos del día, haciéndome que todo me recuerde a ti, por haberme dejado con el sabor en la boca de un poquito más, de no haber tenido el final que nos merecíamos, de no haber sabido retenerte conmigo, de haber dejado que te marchases. No sé si algún día podré hacerme a la idea que te fuiste para no volver. Pero hasta entonces, perdóname si cada vez que te veo se me pone un nudo en la garganta y no puedo dejar de repetirme una y otra vez tu nombre. Perdóname si me sale esa sonrisa, pero es que contigo siempre fue inevitable. Sólo tú sabías y sabes qué botón tenías que tocar para hacerme feliz, incluso cuando no querías. Sólo tú sabrás cuidarme de esa forma, nadie luchará como tú lo hiciste, nadie podrá quitarme tanto... porque tú te llevaste todo contigo.
Pero es así, las cosas cambian, y después de tanto, tanto, tanto tiempo yo sigo aquí escribiéndote, torturándome con tu recuerdo imborrable, intentando asumir lo que debería haber asumido hace tiempo, no estás ni estarás. Y sólo espero que en un futuro se nos conceda una noche para tener el final de un principio que nunca pudimos tener...

domingo, 22 de marzo de 2015

Desnúdate.

Desnúdate, que no se trata de algo físico. Hazlo como si no fuera domingo, como si no supiera que tu coraza no entiende de percheros ni de razones. Hazlo como si fuera yo a ser tu actriz preferida y tú su incondicional. Como si fuese a mirarte mejor que cualquier libro. Hazlo como si fuera verano como si no fuéramos invierno, como si me fueses a querer toda una vida de la media que te queda, como si no supiéramos que tenemos las horas contadas desde la primera distancia.


Desnúdate como si yo fuera poeta con el fin de escribir sobre tu piel, como si fuera cantautora con derechos sobre tu espalda.


Desnúdate como si no fueses a recordarme, a recordar mis manos, los versos que no fueron para ti, mi forma de nunca mirarte. Como si nunca me hubieses visto llorar. Como si no te quisiera. Como si no supieras que lo hago porque nunca supe quererme a mi misma sin hacerme un poco más de daño.


Desnúdate ahora que no te veo, ahora que lo haces para otra y todavía me creo inmortal capaz de vivir aun siendo presa de un charco que no entiende de caricias, o que se quedó en la quinta por miedo a no ser suficiente.

miércoles, 18 de febrero de 2015

Ojalá


Ojalá ahora que ya no puedes verme, sea cuando más guapa me imagines. Ojalá me imagines.

Ojalá me busques en otras bocas; que busques y busques y me encuentres en todas.

Ojalá te despiertes acompañado y te des cuenta de que en realidad no era yo, que no puedes encontrar a alguien que has empujado al olvido.

Sé que serás un caballero y puede que hasta las despidas con un beso, y justo en ese, en ese beso es en el que quiero que seas consciente de lo amarga que sabe una despedida cuando no se dice adiós, pero se siente. Quiero que me eches de menos con resaca, resaca del alcohol que bebieras, y del que te echaras en las heridas para sentirme de alguna manera.

Ojalá sientas despedirte de mi en cada uno de esos besos de despedida.




Ojalá me alcance el tiempo y logre olvidarte antes de que lleguen a hacerme la autopsia y se den cuenta de que envejecí con el corazón hecho trizas.

Porque ya sabemos eso de que el tiempo lo cura todo,

y sí; el tiempo cura, pero sólo si somos capaces de poner espacio.
Y sí, en este ojalá podría guardar todos los ojalás de Silvio.

sábado, 31 de enero de 2015

Soledad

En las noches de invierno, que sin permiso montas siniestras fiestas en mi interior
con tu llegada.

Lo siento, soledad, ha llegado la primavera, debes irte,
las rosas han vuelto a florecer con la llegada de su sonrisa alterando mis sentidos.

Tú que creías ser mi musa,
inspirándome en el gris de tus ojos,
no,
no lo eres,
porque hasta desconociéndola,
mi razón
siempre fue el sonido de su risa.

Es mi querer suicida
el que me lanzó a ti,
igual que el vacío a la pena,
cómo la inercia o lo incontrolable,
sin quererlo,
así cómo la vida olvidándose de mi muerte
al oírte reír.

Déjame escribirte,
ahora que existes,
un 'te quiero' en las vías del tren,
tan vulnerable cómo yo,
que aun y existiendo
te echo de menos.

Fuiste el grito que se me quedó mudo,
el susurro que todo el mundo pudo oír.
Las ganas que no perdí.
El proceso de adaptación a mi vida, inadaptada.
La vida de mi muerte.
El rubor de mis ojos.

Abrí la ventana para dejarte ir y no hacías más que volver,
pero la parte izquierda de mi cama seguía vacía cada noche.
Eras cómo el frío aire de diciembre, cálido.
Cómo el tímido gigante,
cómo esta valiente cobardía que me hace permanecer en pié después de haber caído.
Cómo el abismo de sentir tener los versos en tu ausencia,
igual que los besos, que nunca fueron míos.


Perdida en tu inexistencia.

Quiero escribirte pero una parte de mi me grita que no. No lo hagas.
Quise decirte 'te quiero' a los cuatro vientos, susurrarte lo que no debía tan sólo por sentir el placer de ver cómo tu piel se erizaba.
Amarte hasta perder la razón, hasta no diferenciar tu boca y mi vida. Lo hice.

Encontrar mi nueva vida ahora que lo he perdido todo, es lo que necesito.
No queda nada de la persona que fui y la que seré aun no existe.



Duele menos

Que triste cuando se desploma todo. Que injusta se nos vuelve la vida,  cuando me diste una cara y era otra la que había.
Trilladas se me escuchan las palabras, es que a todos nos tocan algún día, de amar nadie se libra aunque así quiera, tampoco de romperse el corazón.
Como camino hoy no sé si alguien pueda igualarme. Como he llorado yo no sé si en este día exista alguien. Alguien hecho pedazos, alguien que amó. Que vida la que vivo y que te marchas, a todos les hablare de tu partida. No quiero ni salir a la esquina, seguro no me arreglo en 11 días. Espero que te vaya bien en todo, es que aún con esta gran herida, no tengo porque guardarte un sentimiento de  esos que traen pena y agonía.

No creo que exista alguien que amó, como te amaba yo.

viernes, 16 de enero de 2015

Hasta las cosas que no tengo

Supe a ciencia cierta que estaba enamorada de timientras conducías por la A-92;
no te lo dije, yo soy la de los “te quieros” a destiempo y sólo espero que no llegue el día en que dejes de disculparme por ello.
Soy la que ha perdido la fe mil veces y que, como suele pasar con todo, volvió a aparecer justo cuando dejé de buscarla, cuando nos encontramos. Cuando aparece, el amor es esa certeza que dura un momento y aun así no termina de desvanecerse

No voy a andarme con rodeos, eres un simulador de vida perfecta y yo soy una indigente emocional con miedo a la riqueza. Soy de las que piensa que en el mundo algo falla cuando las personas soportamos mejor el dolor que las cosquillas, aunque las tuyas no las cambiaría por nada.
Soy catastrofista, llamo cementerio a un jardín de flores muertas desde que se me murió un cactus y lo comparé con el amor de mi vida.
Que no sé mucho sobre mí, pero hablo en pasado, presente y futuro cuando digo que las cosas importantes siempre las digo llorando, riendo o sin querer.

Lo que quería decir en realidad es que quiero que discutamos, que nos hagamos polvo a palabras y que luego no sepamos desatarnos las manos ni la boca; que nos quiero vulnerables y típicos desde fuera, y fuertes y anormales desde dentro; que quiero conocerte sucio y desde el suelo porque convertirte en utopía sólo logrará hacer que me canse. Porque es por eso por lo que el amor no funciona en este mundo: lo hemos matado a utopías.

Que sólo quiero perderme en cada uno de los matices que conjugan tus ojos y quiero, sobre todo, que sepas que me enamoré de ti porque eres capaz de hacer lo que otros no son capaces de decir.