martes, 8 de marzo de 2016

Reír de madrugada.


Vuelve la lluvia, gota por gota regala la atmósfera precisa para que nuestras miradas se encuentren en un solo impacto, intentar estar cerca aún con las advertencias de terceras conciencias que emiten su juicio y no hay vuelta atrás, no pueden detener el paso de espasmos cuando nos abrazamos, no pueden alejarnos de sentir cada parte vibrante y expectante, brillante y transparente, estamos de nuevo en este sitio y podemos contemplar el paso del tiempo en un segundo, el pasado tiene escritas nuestras historias y nos causa tanto placer el relatarlas, escucharte suspirar al pensarnos como fuimos es un sabor indescriptible, un temor a el silencio que es tan suave, tan poco perceptible pero que está ahí, no quisiera que te fueras.

Nada es eterno y observarte me hace desear que así fuera, poder detener el momento y quedarme observando cada facción de tu rostro, imagen que existe en mi mente desde el primer impacto de nuestras miradas.




Volví a reír de madrugada.