domingo, 13 de julio de 2014

Ni porno ni romántico, lo de mi cabeza es bélico.

Tengo el corazón tan grande
que puedo querer a muchos sin querer a ninguno.


"Él tenía un amor en cada puerto,
lo que no sabía era que ella tenía uno en cada barco".


Debería decidirme,
o chica triste que sufre porque no la quieren,
o chica libre que juega a que la quieran un rato.
Rompecorazones o corazón roto.
Golfa o romántica.
Ser la princesa modelo que todos querrían presentarle a sus padres,
o la zorra sin escrúpulos con la que todos sueñan acostarse al menos una vez.
Pero prefiero ser yo.
Etiquetar a es etiquetarse.
Entre esa zorra y esa princesa hay un sinfín de chicas soñando que las conozcan.


Estoy cansada de esa gente que cree que por no haber tenido nada "de verdad",
es porque no tienes corazón,
(quizás es porque me sobra).
Como si se midiera el amor por el compromiso o la estabilidad.


A las historias que marcan no hace falta ponerle nombre.

Dije tantas veces "vete",
por no decir "te quiero".


A pesar de ser así, siempre preferí ciento volando que pájaro en mano.


Sabe más el diablo por haber tenido historias de mierda, que por viejo.
Quizás merece la pena morir tantas veces, con tal de que te curen una.
No sé.


-¿Por qué no me dejas quererte?
Prefería besarme contigo en lugar de salir corriendo.
Teníamos que haber perdido el sentido y no la guerra.
Pero no.


Ahora dame una tregua, voy a hacer todo lo que esté en mi mano para dejar de estar en las tuyas.

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