domingo, 28 de diciembre de 2014

Tú eres inmune.

Existen personas que hacen que te cuestiones el amor, después de haberlas amado con toda tu alma.
Personas que te hacen descubrir que amor y odio no son antónimos, personas que no se van aunque ya nunca vuelvan; que están incluso cuando no han llegado a quedarse.

Hay personas que van más allá del amor, del reloj y del espacio.
Hay personas que permanecen sin aferrarse y sin pretenderlo.
Personas que ni aprietan ni ahogan ni son conscientes de que son ese tipo de personas; que pasan de puntillas por tu recuerdo sólo para bailar con el olvido sin llegar a fundirse con él.

No puedes luchar contra ellas porque no son el enemigo, pero hacen de su imagen un duelo temporal con uno mismo hasta caer en la cuenta de que son ellas y sólo ellas las que le dan sentido al agua cuando cala hasta los huesos.

Existen personas que nunca dejan de existir fuera del amor, fuera del aire, de la memoria.


Y yo no puedo echarte, sólo aprender a vivir sin ti y volver a enamorarme
sabiendo que tú eres inmune al tiempo y a la distancia.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Me he enamorado.

Sí, enamorado, aquello que no sabes hasta que no lo estás y me he perdido, perdido en mí misma de una forma tan... Inquietante. Ha entrado en mi mundo, aquel que cualquiera evita, encontró la llave y entró sin avisar y cambió gran parte del caos que había en mi interior y me hizo volver a empezar.

Volví a confiar.
Volví a darle una oportunidad a sentir.
Volví a tener una sonrisa en mi rostro.
Volví a ser aquella que pensé hace tiempo que nunca volvería a ser.

Siento.... Siento que es mi oportunidad de ser feliz y no, no pienso desaprovechar nada porque he pasado por cosas insufribles y ahora estoy aquí sin pasado, con presente y un futuro que, espero, aparezcas en él... Y, ¿sabes? Nunca estaré dispuesta a arruinarlo todo por nada.


No sé si te merezco o no, no sé dónde me llevará, solo sé que quiero hacerte tan feliz como  me haces sentir a mi... Solo deseo ser aquello que quieres tener a tu lado.

Quiero ser solo yo, para ti.
No necesito más.
Quiéreme.
Cuídame.
Confía en mí.
Sé sincero.
Espérame.
Siénteme.
Deséame.
Piénsame.
Sopórtame.

Porque yo, no me cansaré nunca de hacerlo contigo.

Te quiero y te puedo asegurar que más de lo que piensas, A.

Gracias por ser tú, solo tú.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Desatarse para volar o desatarse para caer.

Fue como agarrarse a lo que roza pero no te llega a tocar.

Éramos demasiado compatibles, demasiado equilibrados, demasiado planos. Fue la duda del casi siempre sí, pero al final no.
Fue como respirar hondo y que a los pulmones les siguiera faltando el aire. Era como ahogarse en una duda, y recuperarse en un suspiro.


Nunca lo tuve.
Nuestro principio no fue como los demás. Intereses emocionales. No conocerse con ganas de conocerse. Conocerse sin intenciones. No mirarse con ojos de novedad sino de opción.

Nunca lo tuve.
Pero si le tuve cariño. Y añoranza, y ese amor que sabe crear la confianza. Pero también tuve dudas.

Si quieres podemos jugar a que yo ya no pienso en ti y tú ya no me lees. Y es mucho más divertido. Y mentira también.

Nunca te tuve.
Nunca se sabe si es desatarse para volar o desatarse para caer. Pero eso sólo te lo dice el corazón con el tiempo.
Lo siento si el mío ha tardado un poco en asumir nuestras diferencias, nuestros condicionantes, nuestra disparidad emocional.
No estamos hechos para tenernos. Somos compatiblemente imperfectos.


Por eso, nunca te tuve. Nunca lo tuve, y nunca vamos a tenernos.