martes, 25 de marzo de 2014

A veces pienso que vivo de mi imaginación.

Vivo de mi imaginación.
Pero qué quieres que haga
allí todo puede cambiar con sólo desearlo.
Cada momento tiene su canción,
y siempre,
siempre hay una canción.
Allí no bajo la mirada,
no necesito más seguridad de la que invento tener. 

Allí, en mi cabeza, estas tú y estoy yo.
De vez en cuando
no odio los domingos.
(De vez en cuando,
pero no lo diré muy fuerte)

Y no me parece una mala idea
para esta tarde de domingo 
Qué más da todo, ¿no?
Ponerle nombre a los días es la táctica más patética
creada por el ser humano
para esperar con ansias un día que nunca es hoy.
Y así nos va.
Queriendo siempre lo que no podemos
y teniendo siempre ganas de tener más.

Escribo a deshora,
sin organización
y con los ánimos revueltos.
Tengo un camino acabado
y algo sin fin
pero todavía no sé el qué.

Tienes que saber leerme entre líneas
y si no
te lo diré alto y claro
que quiero ser tu caja de pandora,
guardar todo lo que te hace daño
y que olvides dónde lo dejaste.

Entiéndeme,
he sentido la tolerancia al dolor
y es exactamente lo que te voy a proponer,
porque sé que también lo sientes;
y te hablaré de un después
y será una nueva verdad,
que ser artificialmente libre
significa ser realmente esclavo
de lo que jamás debió atarte,
pero tranquilo, que en mi otra vida fui naufraga
y se me da mejor deshacer nudos
que atar cabos.

Ven, que a veces soy cobarde
pero suelo ser fuerte a jornada completa
y te haré verso capaz de pronunciar la palabra
felicidad
sin acabar por cuestionártela;
que sientas la gravedad que produce,
de la que te hace flotar
y no de la que te hace caer y darte contra el suelo.


Ven,
te diré,
te digo.


¿Sabes esos sueños en que
todo parece tan real, tan, tan real,
que al despertar, necesitas unos minutos para pensar
y darte cuenta de que todo ha sido producto de tu imaginación?

En mi cabeza, tú eres así.
Así te describiría ahora mismo.
Necesito unos minutos cada vez que hablo contigo.
¿Realmente eres como dices ser? ¿como pareces ser?

Yo en realidad soy muy,
pero muy corriente.
De las que se enamoran en contadas ocasiones
pero en cuestión de segundos.
De las que cruzan una mirada con un desconocido,
y necesitan parar unos segundos
para deshacerse de la taquicardia
que le acaban de provocar
unos ojos completamente ajenos.
Tengo tus ojos clavados en mí
y ni siquiera te he mirado.
¿Eres consciente de lo estúpido que suena eso?
Porque yo sí, y lo volvería a escribir.
Déjame ser algo más allá de toda fantasía..
déjate tocar por mis manos
con la delicadeza de estar rozando
mi mejor sueño.


Tú no eres ningún personaje, tú eres simplemente….
todo lo que mi corazón ha buscado.
Porque cada uno de mis textos
te los he escrito a ti sin haberte conocido,
y sin embargo, hoy tiene nombre y apellidos.
Tiene los ojos más intensos que jamás he mirado,
tiene la piel más suave que no han tocado mis dedos.
Tiene el cuerpo y las medidas perfectas
para hacerme perder el Norte, el Sur,
y cualquiera de mis puntos cardinales.

Yo no te he idealizado, te he encontrado.
Y créeme cuando te digo que te veo tal y como eres,
tú no eres parte de mi imaginación ni de mis miedos,
tú no eres parte de un libro romántico
que leer antes de caer rendida ante el silencio de la noche.

Todo esto ahora no tiene ningún sentido
pero dame tiempo
y cambiaré la mecánica del hielo
para convertirlo en agua
y que nunca mueras de sed.


Tú sólo déjame poner tu nombre
a tiza en la pared,
y yo me encargaré de escribirte.
que el mundo te tiene envidia
cuando sonríes, porque te conviertes en el centro
de cualquier corazón sin reloj
pero con minutos
horas
y segundos
para ti.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario