lunes, 1 de diciembre de 2014

Desatarse para volar o desatarse para caer.

Fue como agarrarse a lo que roza pero no te llega a tocar.

Éramos demasiado compatibles, demasiado equilibrados, demasiado planos. Fue la duda del casi siempre sí, pero al final no.
Fue como respirar hondo y que a los pulmones les siguiera faltando el aire. Era como ahogarse en una duda, y recuperarse en un suspiro.


Nunca lo tuve.
Nuestro principio no fue como los demás. Intereses emocionales. No conocerse con ganas de conocerse. Conocerse sin intenciones. No mirarse con ojos de novedad sino de opción.

Nunca lo tuve.
Pero si le tuve cariño. Y añoranza, y ese amor que sabe crear la confianza. Pero también tuve dudas.

Si quieres podemos jugar a que yo ya no pienso en ti y tú ya no me lees. Y es mucho más divertido. Y mentira también.

Nunca te tuve.
Nunca se sabe si es desatarse para volar o desatarse para caer. Pero eso sólo te lo dice el corazón con el tiempo.
Lo siento si el mío ha tardado un poco en asumir nuestras diferencias, nuestros condicionantes, nuestra disparidad emocional.
No estamos hechos para tenernos. Somos compatiblemente imperfectos.


Por eso, nunca te tuve. Nunca lo tuve, y nunca vamos a tenernos.








1 comentario:

  1. Cuando pienso que no puedes superarte más, ZAS, estoy completamente enganchado a ti y tus entradas.

    Eres parte de mi rutina, que lo sepas. De hecho, consigues sacarme una sonrisa (o en ocasiones una lagrima) cuando llevo un dia de puta pena.

    PD: deberias escribir en algun sitio oficial, Miranda. Yo pagaria por leerte.

    ResponderBorrar