miércoles, 5 de abril de 2017

¿Qué sigue?

Si hace unos años me hubiesen dicho que estaría aquí pensando en otra persona, que estaría aquí con todos los sentimientos enredados, me habría reído a carcajadas. Hace exactamente tres años sentía que la vida había perdido su color, porque dejar de amarte me resulto la travesía más complicada de mi vida, llegar al punto de decir hoy sé que no te amo, hoy se que todo está superado, fue lo más triste del suceso, fue ese desenlace que esperas con ansias pero que cuando llega te decepciona, porque dentro de ti tenías la esperanza de que fuera diferente.

Pasaron los días y me envolví en aquella indiferencia por el mundo. Viendo pasar los días, sin diferenciar el día de la noche, viviendo en automático. Vida en blanco y negro. Viviendo porque despertaba, por el hecho de que los signos vitales anunciaban que respiraba. Vivía porque así es la vida,porque abría los ojos cada mañana, aunque cada instante moría sin valer la pena. Por sobrevivir, porque aunque no quería tenía que cargar conmigo acuestas, sin ganas de añadirme a los demás.

Entonces un día comencé a sonreír, sin más. Conocí a alguien nuevo, alguien que llegó de la manera más inesperada, la forma más imperceptible. Sin darme cuenta había dejado un pequeño hueco en mi corazón por el que le permití pasar, cuando menos acorde ya se había instalado en mi mente, corazón y alma. No lo noté, pero yo ya no podía dejar de pensarle diariamente, le entregue todo lo que no sabía que me quedaba. Y sabía que el final iba a ser el mismo, que todo pintaba para terminar en desastre, para terminar con mi corazón hecho pedazos y el suyo en mis manos. Y aún así seguí, camine con esa venda en los ojos hacia la destrucción con una sonrisa en el rostro.
Quisiera decir que si tuviera la oportunidad de devolver el tiempo me alejaría, no me permitiría enamorarme y sobre todo evitaría enamorarle. Le evitaría el dolor de conocerme, fui egoísta al llegar a su vida a revolucionarla para después desaparecer. Sin embargo, para hablar con sinceridad, creo que dentro de mi no hubiese evitado nada, porque conocerle le regreso a mi vida ese brillo, esa pasión que había perdido, volver a temblar, volver a reír, volver a llorar, volver a SENTIR fue más hermoso que sentirlo por primera vez.

Verás, cuando uno se enamora por primera vez es tan fácil, no hay nada que comparar, no hay nada que pueda evitarlo, porque tienes el corazón novato y los brazos abiertos al desastre, eres ingenuo, te abres al amor porque no sabes nada. Y entonces te enamoras de la manera más irracional, estupida, intensa y hermosa que puede existir, es maravilloso. Pero cuando te rompen el corazón por primera vez... es el dolor más desgarrador, sientes como algo se rompe dentro de ti, como algo te cambia y ya nada vuelve a ser lo mismo. Tu perspectiva es distinta y volver a enamorarte se borra de tus planes, porque cierras las puertas con cien candados y creas un escudo para nunca jamás volverle a permitir a alguien la capacidad de romperte. Eres mercancía dañada y activas todos los mecanismos de defensa, te vuelves menos soñador y más realista. Es muy triste pero también es revelador. A las personas enamoradas las ves patéticas, porque sólo piensas que no saben lo que les espera; El amor termina y van a sufrir, tendrán noches infinitas de llanto, días de miseria y melancolía, no esperan esa nostalgia que se instala en la vida, porque son ignorantes, porque están ingenuamente enamorados. Así que en secreto te ríes de ellas y piensas en lo ridículas que son.
Y así se te va la vida, evadiendo sentir, y más que evitarlo es algo que ya no sabes hacer, no sabes donde está ese interruptor para encenderte la ingenuidad y la estupidez, porque simplemente ya no crees en nada ni en nadie. Perdiste la capacidad para volver a enamorarte, para soñar de nuevo y aprendes a vivir con eso.

Entonces sucede algo... no te das cuenta, no lo ves venir, no lo notas. Llega de golpe alguien tan especial, que logra encender ese interruptor que escondiste en lo más hondo, es algo que se acciona y aunque no sientes lo que antes llegaste a sentir, porque tu corazón ya no es el mismo inocente que creyó en aquellas palabras que se las llevó el viento. Aunque tu corazón es inteligente y precavido, aún así, no sabes porque no deja de latir por esa nueva persona. Y es que esta nueva persona es tan diferente, tan maravillosa. Es MÁGICA. Es tan arrolladora, que con su luz  te hace sentir cosas donde ya no se podían sentir. Porque te hace soñar de nuevo a pesar del temor a las pesadillas,te hace reír entre lagrimas y no comprendes que pasa.
Y si a mi me preguntas que tiene más valor, para mi, es una persona que construye sentimientos donde todo estaba en ruinas. Esa persona que llega después de la tormenta, que llega componiendo males, que coloca besos justamente en el lugar, que arma el rompecabezas de ti. Que te reencuentra contigo mismo, que te libera. Esa persona que tomas de la mano y la libertad tiene su auge más alto. Quien te toca y pone todo en su lugar, como si te restableciera. Te reconstruye. Llega conquistando poco a poco, va sanando cada herida que dejo el pasado sin cerrar. Esa persona que llega arrasando con una paciencia que te salva, sin afanes de imponer, con calma. Te atrapa lentamente y te acepta sin nada a su favor. Esa persona tiene el valor más incomparable e invaluable que te puedes encontrar.


... Pero que pasa, cuando pierdes a esa persona también.

¿Qué sigue?


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